- Matt Walker
- BBC Ciencia
14 febrero 2011
En una luz tenue, un macho pasa cerca de una hembra y percibe su fragancia.
Cautivado, vuelve a buscarla sintiendo que, tal vez, ella siempre lo ha estado esperando.
Lo que ha detectado en estos breves instantes no es exactamente una pista de que la hembra puede ser una compañera para toda la vida. Lo que el macho ha logrado "oler", literalmente, es que su potencial pareja es virgen.
Esta técnica es utilizada por varias especies, como los lemmings, una especie de ratón que puede encontrarse en México (Microtus pennsylvanicus), lagartijas, escarabajos, arañas y abejas.
Y sólo ahora los científicos están comenzando a entender cuán importante es el sentido del olfato en el cortejo animal.
Los machos de diferentes especies pueden determinar no sólo si una hembra es virgen, sino incluso cuántas parejas anteriores ha tenido, según una investigación publicada este mes en la revista Biological Reviews.
Cuestión de química
Los lemmings marrones (Lemmus sibiricus) prefieren el olor de una hembra virgen al de otra que acaba de copular.
Todo indica que el olor de la hembra en uno y otro caso es distinto porque produce sustancias químicas diferentes.
También el mundo de los insectos está permeado por el aroma del sexo. Cuando una especie de mosca (Agromysa frontella) ya no es virgen baja la producción de una sustancia química que determina el olor (3,7 dymenthylnonadecane).
Ha habido muy pocos estudios sobre el papel del aroma en el comportamiento sexual y la mayoría se refieren a insectos, asegura la investigadora Melissa Thomas, de la Universidad de Western Australia, Crawley, autora del último estudio.
Frotar perfumes
Los animales parecen utilizar el aroma para comunicar su estatus sexual de tres formas diferentes.
En primer lugar, luego de encontrar un macho, la hembra puede repeler otras potenciales parejas.
En segundo lugar, luego de la cópula, las hembras pueden dejar de producir feromonas, sustancias químicas que atraen a los machos.
Esto ocurre en el caso de una polilla (Lymantria dispar) y permite que la hembra pueda moverse sin ser molestada por otros machos.
Por último, los machos pueden transferir sustancias químicas a las hembras durante la cópula, frotándolas con "perfumes" que espantan rivales.
Cuando la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) copula, el macho transfiere a la hembra a través del contacto una sustancia llamada 7-tricoseno.
En otras especies, la transferencia es mucho más íntima. En el caso de algunas polillas y mariposas, por ejemplo, algunas sustancias en el semen del macho bloquean la producción de feromonas en la hembra.
Y en una especie de abeja (Osmia rufa) el macho frota la hembra luego de copular, cubriendo sus alas con una sustancia que indica que ya no se trata de una virgen.
Ventajas
¿Por qué la naturaleza ha evolucionado de esta manera?
En los animales monógamos, que tienen sólo una pareja a la vez, el lenguaje de las feromonas ayuda a ambos sexos.
Los machos no deben perder tiempo buscando hembras no receptivas y las hembras no son perseguidas por más de un macho a la vez.
En el caso de hembras con múltiples parejas, encontrar una virgen representa grandes beneficios para el macho, ya que su semen no deberá competir con el de otros rivales.
Para algunas hembras los cambios pueden ser permanentes, con una caída en la producción de feromonas que nunca vuelve a su nivel anterior.
El poder del olfato es extraordinario en el caso de roedores como Microtus pennsylvanicus. Pueden determinar no sólo si la hembra es virgen sino, oliendo la presencia de otros machos, con cuántas parejas ha copulado.
Se trata de una ejemplo extremo, pero todo indica que el aroma es un componente esencial del complejo juego sexual.
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